El sacrificio de animales, como perros y gatos, en antirrábicos, son una muestra más de los signos de tortura que invaden nuestro México día con día
La tortura en México es un fenómeno social que ha resurgido con mayor fuerza en el sexenio del Presidente Enrique Peña Nieto.
Sacrificio de forma cruel
Ésta situación ha sido señalada en diversas ocasiones por organismo internacionales de Derechos Humanos. Lamentablemente, los periodistas, estudiantes, comunicadores y la población civil en general, no son los únicos expuestos a la tortura y el desamparo de la justicia. También están los animales, particularmente los perros y los gatos.
Con una política insensible y unilateral, el gobierno federal, a través de la SAGARPA, formalizó la electrocución de animales domésticos (Norma Oficial Mexicana NOM-33-ZOO-1995, Sacrificio humanitario de los animales domésticos y silvestres). Le dicen: método de control para la «fauna callejera».
Vivir: su único delito
A partir de ese momento, perros y gatos, por el único «delito» de estar en la calle, fueron capturados y torturados hasta morir por medio de la electrocución.
Sin duda, un método arcaico que ha sido condenado por diversos organismos internacionales de protección animal.
En este punto, diversos protectores independientes y asociaciones civiles, actuaron en contra de la tortura y sacrificio con el método de la electrocución.
Ya sea de manea individual o colectiva, se alzó la voz para señalar este acto de barbarie y crueldad, característico del sexenio del presidente Peña Nieto.
Fue tal la presión, que el Secretario de la SAGARPA, Enrique Martínez Martínez, tuvo que modificar la norma.
De esta manera, el 26 de junio de 2015 se aprobó la eliminación de la electrocución como método de sacrificio de animales de compañía.
El cortometraje «Memorias de un perro fiel», fue un proyecto que realicé para manifestar mi indignación ante la electrocución de perros y gatos.
Su finalidad es concientizar a la población sobre la responsabilidad de tener animales de compañía. Y habla sobre la crueldad de su sacrificio.
No contiene imágenes violentas, ni explícitas.