Adolfo Hitler y los ovnis nazis. Entre teorías de conspiración, sociedades secretas, expediciones misteriosas, armas novedosas y sucesos inexplicables, surge uno de los mayores mitos de la Segunda Guerra Mundial, el Reichsflugscheiben.
Una especie de avión alemán con forma de platillo volador conformado por una tecnología desconocida.
Aunque no hay evidencia sólida que avale su existencia, el desarrollo de este mito se encuentra envuelto en acontecimientos reales que hacen difícil discernir la realidad de la fantasía.
Además de ser un tema de gran amplitud por la abundante información, es confusa debido a la mezcla de situaciones reales con las interpretaciones y las especulaciones.
Con el fin de clarificar el panorama de unos de los grandes mitos de la Segunda Guerra Mundial, he dividido este artículo en dos partes: hechos y especulaciones.
Antes de continuar, agradezco los comentarios de dos expertos mexicanos en el tema OVNI: Carlos Alberto Guzmán Rojas y Luis Ruiz Noguez, quienes se tomaron el tiempo de leer y comentar este documento.
Primera parte: los hechos
Cuando Adolfo Hitler llegó al poder –el 2 de agosto de 1934– tenía en mente varios planes. Sin duda, el más importante era la expansión del territorio alemán –que había perdido al concluir la Primer Guerra Mundial y como consecuencia del Tratado de Versalles–.
El principal objetivo de Hitler era transformar su país en el centro hegemónico del poder europeo y eje de una nueva filosofía basada en su partido, el Nationalsozialismus (Nacional Socialismo, mejor conocido en su contracción: Nazi).
Para llevar a cabo su plan, Hitler agrupó a científicos, militares y visionarios alemanes de gran renombre para inventar y producir armas de todo tipo, así como elaborar estrategias de combate que le permitieran ganar las próximas batallas que iniciaría contra sus países vecinos.
Bajo esta visión militar y expansionista se perfeccionaron muchas armas, antes y durante la Segunda Guerra Mundial, por parte de los alemanes.
Así surgieron armas nunca antes vistas, ni imaginadas; tal es el caso de los misiles balísticos intercontinentales y los aviones de reacción.
Adolfo Hitler y los ovnis nazis: Primeros misiles
De la iniciativa bélica nazi surgió el cohete V2, que fue el segundo misil balístico intercontinental de la historia (el primero había sido el V1). Ambos misiles se usaron para bombardear la cuidad de Londres, de 1940 a 1941.
El misil Vergeltungswaffe 2 o V2 (también conocido como A4), fue el resultado de un exhaustivo programa de investigación dirigido por el tristemente celebre Wernher von Braun, científico alemán.
El V2 fue el primer misil dirigido intercontinental (tierra-tierra) con una trayectoria suborbital y una velocidad que superaba la barrera del sonido: 5,760 km/h (la barrera del sonido se supera al volar a más de 1,235 km/h).
El V2 tenía un alcance de 320 kilómetros y transportaba una ojiva de 910 Kg con una sustancia explosiva conocida como amatol. Los misiles podían ser transportados y lanzados desde rampas móviles, lo cual dificultaba su localización.
Tanto su tecnología como su desarrollo físico-teórico, fueron la base de los posteriores misiles intercontinentales así como de los cohetes espaciales.
A pesar de su capacidad, innovación y movilidad, los V2 surgieron cuando se perfilaba la derrota de la Alemania nazi.
Por ser los primeros cohetes en realizar un vuelo suborbital en la historia, los Estados Unidos y la Unión Soviética se apropiaron de los misiles V2 así como de los científicos que participaron en su desarrollo para copiar y perfeccionar su tecnología.
Antes de concluir la Segunda Guerra Mundial y con la inminente derrota de Alemania, el padre de la V2, Wernher von Braun, llegó a un acuerdo con los Estados Unidos para nacionalizarse norteamericano y trabajar en el programa de desarrollo espacial.
De constructor de bombas nazis, Wernher von Braun se transformó en colaborador de la NASA; a la postre, diseñó los cohetes que llevaron al primer hombre a la luna.
Primer avión caza a reacción
Otro sorprendente invento alemán fue el Messerchmitt –o Me626–, que comenzó a surcar los aires europeos en 1944. Fue el primer avión de combate a reacción de la historia y precursor de los actuales aviones de combate.
El Messerchmitt es considerado como el primer caza a reacción multifuncional: combate aire-aire, combate aire-tierra, reconocimiento y ataque nocturno.
Podía alcanzar una velocidad de 870 Km/h y una altura de 11,450 metros. Portaba cañones, bombas y cohetes. Fue el caza más avanzado de su época.
Su producción empezó al final de la Segunda Guerra Mundial por lo que solo se construyeron 1,433 unidades.
Según historiadores, de haber llegado antes el Messerchmitt, el final de la guerra hubiera sido diferente. Por su diseño aeronáutico y estructura, fue considerado como un arma única, letal y muy avanzada para su época.
Bomba atómica nazi: Adolfo Hitler y los ovnis nazis
Al concluir la Segunda Guerra Mundial se confirmó que un equipos de científicos alemanes estaban desarrollando la bomba atómica, bajo el nombre de Proyecto Uranio.
Sin embargo, con el suicidio de Hitler y la posterior derrota de la Alemania Nazi –el 2 de mayo de 1945–, los proyectos para desarrollar armas avanzadas llegaron a su fin o fueron robados por los países aliados.
En conclusión, es un hecho que el armamento militar nazi era muy avanzado y sofisticado para su época. A la postre, su tecnología fue la base para el desarrollo militar de los Estados Unidos y la Unión Soviética. Sin embargo, nunca se descubrieron planos o prototipos de OVNIs nazis.

Expedición a la Antártida
Entre los hechos ocurridos antes de la Segunda Guerra Mundial que despiertan suspicacias y especulaciones, se encuentra la expedición nazi a una zona inexplorada de la Antártida.
De la información filtrada se sabe que su objetivo era analizar la posibilidad de establecer una estación ballenera que surtiera a su país de un elemento indispensable en su economía: la grasa de ballena.
Según este argumento, se buscaba la independencia económica alemana evitando la compra de grasa a Noruega, uno de los principales proveedores de aceite de ballena.
Sin embargo, esta información resulta poco creíble ya que Alemania invadió Noruega el 9 de abril de 1940, tomando posesión de sus tierras, barcos y materia prima.
La interpretación de algunos escritores sobre esta expedición plantean que los alemanes consideraban la construcción de una base naval militar nazi en la Antártida.
Considerando la magnitud, osadía y determinación que Adolfo Hitler mostró con sus acciones, esta hipótesis tiene bases sólidas.
Lo cierto que la expedición alemana salió de Hamburgo el 17 de diciembre de 1938 y regresó el 11 de abril de 1939. Se dijo que su objetivo era explorar una zona desconocida –en ese momento– conocida como Nueva Suabia, la cual abarca unos 600,000 km2.
La expedición contaba con tres barcos alemanes bien equipados así como equipo meteorológico, oceanográfico y geomagnético; también llevaban dos hidroaviones.
Sobre este inexplorado territorio antártico se hicieron múltiples vuelos para diseñar mapas topográficos y se tomaron miles de fotos de la zona (se sabe que fueron más de 11,000 imágenes).
A su regreso, los resultados se mantuvieron en secreto –salvo por los mapas que se publicaron después de la guerra–, situación que ha generado infinidad de especulaciones –hasta la fecha– de lo que verdaderamente buscaban los alemanes.
En ese sentido, han surgido rumores sobre dicho objetivo.
Uno de ellos propone que los nazis buscaban los vestigios de una antigua civilización perdida.
Para los conspiracionistas, este planteamiento tiene fuerza por el interés de varios países que envían expediciones científicas a las inhóspitas y heladas planicies de la Antártida.
Adolfo Hitler y los ovnis nazis: Foo Fighter
Otro suceso que causó sorpresa así como múltiples especulaciones, fueron los reportes de los Foo Fighter. Durante la Segunda Guerra Mundial, los pilotos de combate informaron sobre la presencia de bolas luminosas y objetos circulares de apariencia metálica, que los seguían.
Según los testimonios, estos objetos podían presentarse solos o en grupo, además de realizar maniobras que ningún avión de la época podía realizar: disminuir o aumentar su velocidad de forma drástica, cambiar su dirección en ángulos imposibles o quedarse estáticos.
Estos objetos solían seguir a los aviones de combate para después desaparecer.
La presencia de los Foo Fighter –nombre dado por los pilotos británicos de quienes provienen los primeros reportes, en 1941– fue interpretado por los Países Aliados (Estados Unidos, Francia e Inglaterra) como un arma secreta de fabricación alemana; su fama como desarrolladores de armas letales innovadoras –como los misiles V2 y el avión supersónico Messerchmitt– les hizo suponer a los aliados que los nazis habían inventado un avión capaz de realizar maniobras nunca antes vistas.
Sin embargo, los reportes emitidos por los pilotos de los Países del Eje (Berlín-Roma-Tokio), creían que eran naves aliadas secretas.
Lo que llama la atención es que los reportes provenían de ambos bandos (es importante señalar que el término Foo Fighter está en desuso; en su lugar se utiliza OVNI).
Cabe mencionar que, al terminar la Segunda Guerra Mundial, los reportes de OVNIs se presentaron sobre suelo norteamericano, lo que propició una investigación militar denominada Project Sign (Proyecto Signo).
A partir de 1948, la Fuerza Aérea de los Estados Unidos realizó el estudio en donde estuvieron involucrados científicos, militares así como un equipo de inteligencia, para determinar que eran estos objetos.
Cerrando el tema del Foo Fighter
La conclusión a la que llegaron es que muchos de los reportes tenían una explicación; sin embargo, también aceptaron que existían casos inexplicables.
Cabe señalar que el Proyecto Signo fue el antecesor de los proyectos Project Grudge (Proyecto Grudge) y Project Blue Book (Proyecto Libro Azul), creados para investigar la presencia de los objetos voladores no identificados sobre Estados Unidos.
Adolfo Hitler y los ovnis nazis
Para cerrar el tema de los Foo Fighter, comentaré que existen múltiples interpretaciones así como hipótesis –a favor y en contra– de que sean naves extraterrestres. Lo cierto es que diversos casos del fenómeno OVNI´s siguen siendo un misterio.
Hasta aquí, los datos comentados son reales. Bajo este contexto histórico podremos comprender porqué surgió la creencia en los OVNIs nazis.
Segunda parte: las especulaciones
El detonador del mito fue propiciado por el comentario de Rudolph Schriever, científico alemán que aseguró haber participado en un proyecto para crear platillos voladores nazis.
Por otra parte, Roy Fedden –ingeniero en aeronáutica de origen inglés– comentó que los alemanes, al finalizar la Segunda Guerra Mundial, estaban experimentando con “proyectos aeronáuticos inusuales”.
Aunque ambos testimonios carecen de pruebas que respalden sus afirmaciones, dieron origen al Reichsflugscheiben.
El Reichsflugscheiben es un especie de “avión” nazi capaz de realizar maniobras imposibles para los aviones convencionales de su época. Sin embargo, no hay ninguna prueba o prototipo que demuestre su existencia.
Solo existen fotografías que generan suspicacias –y una que otra risa– entre los historiadores militares y escépticos. Pero el mito abarca mucho más que el OVNI nazi.
En el terreno de los mitos OVNIs, existe la versión “alienígena pro nazi”.
Según esta creencia, el desarrollo de los platillos voladores fue gracias a un contacto extraterrestre en donde intervino una médium de la sociedad esotérica alemana conocida como Thule –que sí existió y fue precursora del Partido Nazi–.
La médium entró en contacto con los extraterrestres –vía extrasensorial–, quienes le brindaron un conocimiento tecnológico avanzado para ganar la guerra, con novedosas armas de origen alienígena.
La información no llegó a tiempo o se construyeron mal los aparatos bélicos, porqué los alemanes perdieron la guerra.
Sin embargo, los conspiracionistas sostienen que, para continuar con sus experimentos, los miembros más altos del Partido Nazi así como los integrantes del Thule se trasladaron a la Antártida, a una base secreta que construyeron para seguir con el desarrollo de la tecnología bélica de origen alienígena.
Este mito se entrelaza con un hecho real: la expedición militar de los Estados Unidos en la Antártida, conocida como Operación Highjump, realizada entre 1946 y 1947.
Operación Highjump
Conocido también como Programa de Desarrollo Antártico de la Armada de los Estados Unidos, la expedición contó con un impresionante despliegue militar: 2 porta hidroaviones, 2 barcos petroleros, 2 destructores, 1 buque de comunicaciones, 2 barcos rompehielos, 2 buques de suministros y 1 submarino.
Sin duda, una expedición de impresionantes proporciones que salió el 26 de agosto de 1946 y regresó a finales de febrero de 1947.
10 barcos, 33 aviones y 4,700 personas –entre militares y científicos– integraban la expedición a la Antártida, que salió de los Estados Unidos un año antes de concluir la Segunda Guerra Mundial.
La justificación para realizar dicha expedición fue el desarrollo de estrategias de combate en zonas heladas.
Sin embargo, para los conspiracionistas la Operación Highjump fue una acción militar para descubrir la presunta base militar alemana, destruirla y robar los proyectos científicos que albergara (en esta especulación, sí comparto la suspicacia conspiracionista).
Lo cierto es que enviar una expedición militar de grandes proporciones a la Antártida en plena conflagración bélica contra Alemania y Japón, no parece tener lógica.
Conclusión sobre Adolfo Hitler y los ovnis nazis
Debemos comprender que el mito de los OVNIs nazis surge y se desarrolla gracias a un contexto histórico que brindó los elementos necesarios para hacerlo creíble y atractivo.
Por un lado, están los hechos: la tecnología bélica avanzada de los nazis, la presencia de los Foo Fighter y las misteriosas expediciones a la Antártida –tanto de los alemanes como de los norteamericanos, durante la Segunda Guerra Mundial–.
Por el otro lado, se encuentran las afirmaciones –sin pruebas– de Rudolph Schriever y Roy Fedden sobre la presunta construcción de OVNIs por parte de los científicos alemanes.
Por último, están las especulaciones sobre la comunicación con entidades extraterrestres por parte de la sociedad secreta alemana Thule.
La mezcla de estos elementos crearon un concepto de apariencia verosímil, pero que no resiste un análisis.
Mi objetivo al escribir este ensayo no es demostrar que los OVNI´s nazis son un mito –hay investigadores y escritores que se han encargado de ese punto–, sino entender las causas que dieron origen a la creencia.
Desde mi perspectiva, los OVNIs nazis son un mito más –digno de un guion cinematográfico– que gira en torno a la polémica figura histórica de Adolfo Hitler.
Sin embargo, existen acontecimientos ocurridos antes, durante y después de la Segunda Guerra Mundial, que despiertan la curiosidad.
Me refiero a la expedición nazi en la Antártida así como la Operación Highjump. ¿Cúales fueron los verdaderos objetivos de ambas expediciones en el Polo Sur?
¿Encontraron algo?
¿Los “ataúdes” –de apariencia metálica– descubiertos por Google Map en la Antártida están relacionados con lo que buscaban ambas expediciones?
¿El interés de las grandes potencias en la exploración de la Antártida tiene alguna vinculación con el caso que hemos expuesto?
Ante este panorama, se le debe agregar otro enigma más: la presencia de los Foo Fighter reportados por los pilotos de combate durante la Segunda Guerra Mundial.
Para finalizar, debo expresar que no es mi intención desacreditar el fenómeno OVNI. En lo personal, lo considero un campo de estudio fascinante pero complejo para investigar y saturado de fraudes.
Mi único objetivo al escribir este ensayo es clarificar uno de los grandes mitos que gira en torno a la oscura figura de Adolfo Hitler, que aun después de muerto sigue propiciando debates, especulaciones e investigaciones.
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